A pesar de que el pronóstico del tiempo no era muy agradable, un grupo de intrépidas familias nos lanzamos rumbo al monasterio de Valvanera para poner en manos de la Virgen todas nuestras intenciones y agradecerle las ayudas recibidas en este año tan complejo para todos.
Después de la misa de 12:30 nos situamos en el porche cercano al monasterio para la comida. Y tras una larga sobremesa, nos dirigimos a la iglesia para rezar tranquilamente el rosario. Terminamos el plan satisfechos de haber cumplido nuestro objetivo y agradecidos ya que el tiempo nos había respetado mucho más de lo esperado.